Hoy desde muy temprano llegaron a mi Whatsapp muchos mensajes de felicitación por el Día de la Mujer, todos con palabras emotivas buscando resaltar las virtudes y belleza que como mujer poseemos. Todos los mensajes venían de amigas, tías, compañeras y uno que otro hombre por ahí.
Luego al ingresar a mis redes sociales noté que la población estaba dividida, por un lado habían muchas mujeres con mensajes de felicitación y por el otro, mujeres rechazando todo tipo de celebración e invitando a conmemorar, resaltando el verdadero motivo por el cual el 8 de marzo fue determinado como Día Internacional de la Mujer.
Personalmente me inclino por los mensajes de felicitación, sin olvidar claro, el origen de dicha conmemoración. Prefiero hacerlo así, porque aunque reconozco el aporte que este trágico acontecimiento hizo a la sociedad femenina otorgando igualdad de derechos a las mujeres en términos económicos, políticos y laborales no me siento totalmente representada por el movimiento feminista en la actualidad.
Desde mi punto de vista, los derechos que hoy en día se exigen a favor de la mujer pasan por encima de los derechos de todos los seres humanos, especialmente de los más indefensos.
Entiendo, claramente que las luchas también son en defensa de la seguridad e integridad de las mujeres, pero al mismo tiempo rechazo la forma tan abrupta en la que se manifiestan.
Suena contradictorio, sin embargo, creo que también es importante resaltar la lucha que hacemos muchas mujeres no solo el 8 de marzo, sino los 365 días del año las 24 horas del día por aportar a la sociedad mejores seres humanos educando a nuestros hijos varones alejados de ideas machistas y enseñándole a nuestras hijas que el primer amor que debe haber en su vida es el amor propio; trabajando para llevarles el sustento diario, haciendo nuestro trabajo con integridad, respetándonos entre nosotras, valorándonos a nosotras mismas, dándonos apoyo emocional, físico e incluso económico; siendo solidarias y empáticas, alentándonos unas a otras, recordándonos con cada mensaje que nuestra fortaleza va más allá de un brazo musculoso, que nuestra belleza está en el alma y se exterioriza a nuestro rostro a través de una tierna sonrisa, que ser delicada y estilizada nada tiene que ver con ser débil y que ser una mujer fuerte no significa que debemos odiar a los hombres, más bien entendiendo que la igualdad de derechos responde a nuestra igualdad como seres humanos y que nuestra diferencia de genero es una muestra clara que existimos para complementarnos y que no podemos existir ni subsistir unos sin los otros, esto nos dice la Biblia
"Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios." 1 Corintios 11-13
Expreso mi admiración por todas esas mujeres del pasado que alzaron la voz pero que mantuvieron su dignidad y con toda la propiedad de una dama abrieron brecha en diferentes áreas de la ciencia, entre ellas Mary Jackson, Katherine Johnson y Dorothy Vaughan tres matemáticas afroamericanas que lograron cambios significativos en la NASA y así muchas otras en literatura, política, educación y más aun por aquellas mujeres de fe de las que nos habla la Biblia y que han trascendido hasta nuestras generaciones, mujeres que probablemente no podían ni confesar su propia fe en algún momento de la historia pero se mantuvieron firmes en sus convicciones y lograron así que la gracia y misericordia de Dios nos alcanzara.
Me solidarizo con las mujeres que han sufrido y siguen sufriendo maltratos o siendo discriminadas, rechazo todo tipo de violencia contra niñas y mujeres y como ciudadana, exijo a cada gobierno que se condene cada acto que vulnere la integridad de las niñas y mujeres que sufren de cualquier tipo de abuso.
Celebro el Día de la Mujer y honro la memoria de quienes lucharon por los derechos de los cuales hoy disfruto, lo hago siendo una mujer femenil, delicada pero no débil; siendo una mujer de carácter fuerte sin dejar a un lado la ternura; una mujer que no pretende ser como un hombre sabiendo que aunque tenga las mismas cualidades intelectuales que uno de ellos, no tengo el derecho de menospreciarlos, rechazarlos o discriminarlos por el hecho de ser hombres.
Me opongo rotundamente a ambos extremos: el machismo y el feminismo.
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