lunes, 14 de febrero de 2022

Día del Amor y la Amistad

De niña escuché a algunos adultos decir que los amigos no existen y que nadie es amigo de nadie. Por mucho tiempo creí que era totalmente cierto y gracias a esos consejos fui muy cuidadosa al seleccionar a mis amistades, aprendí a no considerar a todos como amigos, aprendí que las personas que fueran realmente amigas iban estar para mi, cuando lo necesitara, de una u otra forma, pero con total sinceridad y aprecio. Aunque mi circulo fue pequeño, debo confesar que en algún momento sufrí alguna decepción. 

Sin embargo, me resistía a creer que la amistad no existe y una de las razones  es porque yo siempre he estado dispuesta a brindar mi amistad, a hacer aprecio de aquellas personas que comparten poco o mucho de su vida o su tiempo conmigo. Otra razón  por la que creo que la amistad puede ser verdadera es porque está en la Biblia, Dios llamó amigo a Abraham y en Proverbios 17:17 nos dice: 

"En todo tiempo ama el amigo, 

Y es como un hermano en tiempo de angustia"

Esto me ha llevado mostrarme amiga en todo momento, a dar lo mejor de mi a quienes me consideran amiga, a ser sincera, a dar mi apoyo, a ser empática, a aplaudir los logros de mis amistades, a llorar con ellos su dolor. 

Hoy en día, estoy convencida que la amistad sí existe, que hay amistades que sobrepasan el tiempo y la distancia, que el amor entre amigos puede ser real y que puede trascender de generación en generación. 

También creo que la amistad no tiene condición de género, he sido testigo de amistades sinceras, sin ningún interés romántico entre hombres y mujeres y puedo decir con certeza que son amistades aun más profundas que una amistad entre personas del mismo sexo. 

Ciertamente, han habido o habrán amigos que se equivoquen y alcancen a herirnos, ser buenos amigos también significa perdonar, o pedir perdón, por mucha voluntad que tengamos de ser buenos amigos, por encima de ello somos humanos, imperfectos y podemos equivocarnos.

Probablemente hayan amistades por alguna razón sufran una ruptura y no vuelvan a ser lo que un día fueron, pero podemos guardar los buenos momentos, quedarnos con lo mejor y agradecer siempre lo que en su momento fue. 

No todas las personas que llegan a nuestra vida vienen para ser amigos, algunos solo vienen a darnos una nueva lección. 

Quien llega para dar un aplauso, una palmada, un consejo, una palabra de aliento, un abrazo o simplemente estar, escuchar o acompañar es alguien que merece ser llamado amigo, una persona que aporta sabiduría y conocimiento, que corrige con amor, que comparte sin exigir, que confronta pero no ofende, esa persona es digna de ser llamado un buen amigo. 

No voy a decir que tengo una mejor amiga, creo que las que tengo se saben aludidas y todas son buenas amigas, ¡Gracias a cada una por ser y estar! 


 


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario