"Dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios"
Luce muy romántico y espiritual, sin embargo, desde mi perspectiva es una porción de la palabra que va en un contexto aun más profundo. Puesto que esas palabras Rut no las expresó para su prometido, ni aun a su propio esposo, Rut expresó tan sincero e incondicional amor a Noemí, su suegra; la madre de un esposo que había muerto y con quien ya no tenía ninguna obligación. Pero, la pregunta es -¿Qué hizo Noemí para merecer ese amor incondicional de su nuera?-
Seguramente, Noemí fue una suegra que estuvo presente en todo momento, que apoyó a su nuera sin esperar nada a cambio, que cuidó de su nuera, que defendió a su nuera cuando fue necesario, seguramente se acompañaban en fe y oración tal y cómo lo hacíamos mi suegra y yo.
A donde quiera que iba mi suegra, iba también yo; donde vivió mi suegra, viví también yo; Jutiapa el pueblo de mi suegra, también se volvió mi pueblo; y su Dios también es mi Dios.
Hoy sigue siendo una fecha especial, en mi corazón celebro sus 70 años, si ella estuviera físicamente con nosotros sin dudarlo la fiesta hubiera sido a lo grande, como a ella le gustaba celebrar, con toda la familia, sus hijos, sus nueras y sus nietos comiendo en su mesa, rodeándola.
Cuando la conocí yo tenía 17 años, el día que ella partió yo tenía 34 años, compartí con ella literalmente la mitad de mi vida y no fue suficiente para mí. En ocasiones aun quiero llamarle, visitarla, ofrecerle un café, contarle las buenas nuevas o simplemente desahogar las penas con ella. La extraño, tanto que aun conservo el que era su numero telefónico en mi directorio. Hay noches en las que aparece en mis sueños, platicamos tan claro como cuando estaba entre nosotros.
Me consuela saber que está gozándose en la presencia de Dios, su Señor y que algún día estaremos con ella mientras tanto, ¡Un beso y un abrazo al cielo, Feliz Cumpleaños Taby!
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