sábado, 25 de agosto de 2018

El Gozo de la Siembra



Hace aproximadamente dos años, tuve la idea de asistir a un taller en donde nos enseñaban a tener nuestro huerto en casa, estaba muy emocionada porque me fascina cocinar y sazonar con especies naturales, en esa ocasión los organizadores nos dieron las semillas, teníamos derecho a tres opciones así que elegí: rábano, perejil y lechuga, ahí hicimos la siembra preparamos la tierra, colocamos las semillas y recibimos todas las instrucciones de como cuidar el pequeño semillero, al cabo de una semana el perejil ya estaba muy frondoso y yo muy feliz del resultado de mi trabajo durante esa semana, imaginé que pronto empezaría a preparar mis recetas con mi propia cosecha.  Tristemente...En mis carreras de ir y venir del trabajo olvidé colocar mi semillero bajo la sombra y ese día que olvidé hacerlo cayó un aguacero tremendo, llovió todo el día y por la noche cuando llegué el semillero estaba inundado, me sentí muy triste y no entendía cómo había olvidado entrarlo si ya llevaba una semana con la misma rutina. Literalmente estaba escurriendo, así que lo dejé afuera para que el viento y el sol del día siguiente secaran toda esa agua y los brotes no se ahogaran, al tercer día la tierra ya estaba bastante seca y pensé que ya necesitaba agua, así que le puse agua, entré el semillero a la sombra pero dos días después volví a olvidar entrarlo, cuando llegué a casa el semillero no solo estaba inundado sino que las raíces ya estaban por fuera y de nuevo quise dejarlas secar un par de días y cuando por fin ya la tierra había secado...Las raíces estaban podridas, no pude con el sentimiento, me sentí frustrada, no pude disfrutar el fruto de mi cosecha. 
Utilice la tierra para rellenar un agujero que el perro hizo en jardín y me convencí que todo había ocurrido así porque realmente no tengo mucho tiempo para dedicarme al cuidado y cultivo  de un huerto, por pequeño que sea, necesita tiempo y dedicación.
Lo mismo sucede en nuestra vida, en todas las áreas para obtener resultados necesitamos hacer todo el trabajo con dedicación y esfuerzo, muchas veces pensamos que si colocamos un par de semillas por aquí y otro por allá en algún momento obtendremos todo el fruto que deseamos, no es así, debemos esforzarnos hasta las lagrimas, sí, así dramático como suena, Salmos 126:5-6 dice "Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas" pero todo esfuerzo tiene su recompensa, dice la palabra que con regocijo segaremos, muchas veces cuando estamos viviendo el momento de la siembra y nos está doliendo lo que estamos dando, ese esfuerzo extra que hacemos pensamos que nunca lo lograremos que no tendremos fruto porque no vemos más que tristeza o dolor, sin embargo he llegado a convencerme que esas lagrimas que derramamos durante nuestra siembra Dios las utiliza para regar el cultivo, Él pone esas lagrimas de dolor, de sufrimiento, de angustia, de desesperación, de soledad no lo sé, sea lo que sea que nos mueva a llorar en ese tiempo, Él las utiliza como lluvia que alimenta y abona con sus promesas y su palabra nuestra semilla que a su tiempo dará el fruto, independientemente de la semilla que colocamos el gozo de obtener una cosecha es indescriptible, la promesa es doble, el verso 6 nos dice que volveremos con regocijo trayendo gavillas, no solo será el gozo de ver la cosecha sino será abundante, una gavilla es la medida más grande que había en aquellos tiempos para medir una cosecha. Así será la nuestra, abundante.
Hasta aquí todo parece ir bien, siembro, me esfuerzo y en determinado tiempo obtendré mi cosecha pero, ¿Y si no tengo semilla? ¿Cómo cultivo sin semilla? nuestro Padre es perfecto, Él la dará vamos a 2 Corintios 2:9 "Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y  multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia" cuando vemos que otros cosechan, lejos de alegrarnos nos entristecemos por no obtener nuestra propia cosecha, vemos los frutos que ellos obtienen, incluso pasamos por alto el esfuerzo que ellos hicieron para obtener esos frutos, es más llegamos a creer que no estamos como para andar sembrando, sin embargo, haciendo buen uso de nuestra fe podemos obtener esa semilla que tanto necesitamos para ver nuestra cosecha. Aun si no tenemos la semilla, pidamola, Él dará la semilla y hará multiplicar nuestra cosecha, todos nacimos para fructificar, todos debemos sembrar y cosechar, no importa que sea amor, perdón, finanzas Dios nos creo para ser fructiferos y con eso glorificar su nombre.
Una característica del fruto es que trae su propia semilla, cuando obtenemos nuestra cosecha y damos testimonio la semilla de nuestro fruto se transforma en fe para quienes escuchan.
Muchas veces, nuestro gozo estará en que sean otros quienes disfruten de nuestros frutos, nosotros mismos somos el gozo del fruto de la siembra que nuestros pastores o lideres han hecho en su proceso, esa palabra que recibimos de ellos es la semilla de fe que necesitamos para cultivar nuestra cosecha.
Por ultimo, no demos lugar al cansancio, al aburrimiento, seamos constantes, perseveremos en ese proyecto que hemos iniciado, sea estudios, nuestro  matrimonio, algún negocio, la universidad, la maestría, el ministerio. Gálatas 6:9 nos dice " No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" Obtener una cosecha requiere semilla, esfuerzo, dedicación y constancia, no podemos esperar como yo, dejando ahí que el semillero un par de días reciba sol y otro par de días el reciba agua de frutos, u olvidando los cuidados que requiere obtener una cosecha. 
Pidamos la semilla con la fe que la recibiremos y con fe que obtendremos cosecha abundante. 


sábado, 18 de agosto de 2018

Paz en la Tormenta

En los últimos días estuve meditando acerca de cómo sin saber, todos tenemos una situación en común, todos tenemos alguna preocupación, una pena, algo que nos aflige, eso que no nos deja dormir, o comer y a veces ni siquiera pensar, pero al mismo tiempo todos tenemos algo por lo cual debemos estar agradecidos, el verdadero problema surge cuando nos enfocamos más en eso que nos aflige y que en ese preciso momento no podemos resolver y no en lo que sí tenemos y que podemos disfrutar en ese momento. 
Nada nuevo en realidad, Jesús lo dijo, en San Juan 16:33 dice "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" Se lee muy fácil, honestamente quisiera haberlo entendido desde la primera vez que lo leí y no es que ya lo haya llegado a comprender al 100%, aún estoy en el proceso.
Entonces,  todos tenemos problemas, de cualquier tipo, así también todos tenemos momentos, sí, hay un día de la semana, un momento del día en el que quisiéramos estallar, gritar, romper en llanto, golpear, patalear, o no sé, hablo por mí, mi temperamento me mueve a esas emociones, sin embargo he aprendido a que debo confiar en Él, Él ya venció todo eso que en determinado momento me hace llegar a mi limite de cordura y razonamiento.
Estar afligido es una situación que nadie busca, nadie planea llegar a eso, aunque a veces la razón por la cual llegamos hasta ahí es por no planificar, en fin...Nadie absolutamente quiere pasar por una aflicción, aunque es parte de la vida, decía el Pastor Cash en una predica que existen tres clases de personas, 1. Las que están en una crisis 2. Las que ya salieron de una crisis. 3. Las que están por entrar en una crisis. Una vez comprendido esto he aceptado que no soy la única con problemas y sobre todo que no debo sentirme avergonzada por ello, generalmente las aflicciones más notables son las financieras, aunque no las más difíciles o importantes, pero sí es algo que aunque en diferentes escalas afecta a cualquier tipo de clase social. Eso no significa que la salud no nos aflija o las relaciones interpersonales, con la familia, con los compañeros de trabajo, de estudio y, ¿Qué decir del cónyuge? No hay área de nuestras vidas  exenta de sufrir alguna aflicción. 

Hay un refrán que cita "No por mucho que madrugues amanece más temprano" una verdad contundente, diariamente me levanto a las 4:00 a.m. y cuando lo hago el sol no ha salido,  aun si me levantara a las 3:00 a.m. el sol no saldría, es mas, ni cuando he pasado la noche en vela el sol no sale sino hasta las 6:00 a.m. aproximadamente y eso exactamente sucede con nuestras aflicciones aunque sabemos que Jesús ya venció, aunque sabemos que somos hijos de Dios y estamos bajo su cuidado muchas veces pensamos que nosotros mismos, por nuestra cuenta, intentando tomar el control vamos a resolver eso que tanto nos aflige y por nuestra cuenta no solo no lo logramos sino caemos en el afán de seguir intentando, le damos vuelta al asunto una y otra vez desde el mismo punto de vista esperando resultados diferentes sin antes haber hecho lo que como hijos de Dios debemos. 
Filipenses 4:6 nos dice "Por nada estáis afanosos, sino sean conocidas todas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" Este versículo ha sido mi acción diaria desde hace un tiempo, en esos  momentos en los que hasta mi vista se nubla y mi sien deja ver la intensidad de mis pensamientos no he hecho más que llegar y decirle -Padre, quita este afán, dice tu palabra que antes de estar afanada debo presentar mis peticiones pero ya lo estoy, así que quita el afán, trae paz y toma control de mis peticiones- no les voy a decir que al momento del Amén y abrir mis ojos todo está resuelto porque no es en mi tiempo, es en el tiempo de Dios, todo tiene un propósito incluso, esas situaciones que a veces no entiendo y algo he aprendido, cuando ocurre algo que no me espero, que definitivamente no he contemplado ni por un segundo y siento que voy caminado en la ruta del afán voy y le digo -Padre, no lo entiendo, no lo comprendo, ayúdame Tú a estar en paz y muéstrame cual es el propósito de todo esto- Y Él me calma, es como si quitaran una tonelada de acero de encima de mi corazón, ahí es donde compruebo lo que nos dice  Filipenses 4:7 "Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" no importa la magnitud de la tempestad, en medio de eso Él nos trae esa paz que ni nosotros mismos entendemos o imaginamos llegar a tener. Sin dudar, puedo decir que el propósito de Dios de permitirme estar en medio de una crisis es mostrarme su amor, llenarme de su paz y hacerme entender que pase lo que pase Él está conmigo, por encima del miedo, por encima de lo agobiante que resulta la situación, por encima de lo que los demás puedan decir o pensar de nosotros, Él nos conoce, Él es el único que puede ver dentro de nosotros y por lo mismo Él es el único que puede darnos ese alivio y la respuesta a nuestras peticiones, Él es nuestra fuerza, nuestra ayuda, nuestro auxilio, nuestro pronto socorro, a Él y solo a Él debemos acudir ante cualquier situación, claro, Él también usa a las personas para hablarnos y bendecirnos en esos momentos, a veces personas que ni nos imaginamos nos dan esa palabra pero llega cuando clamamos antes a Él por una respuesta.

Recuerdo que hace unos meses tuve un problema con un pago que recibí de un cliente, sucede que me pagó con un cheque y cuando llegué a la ventanilla me indicaron que un no estaba autorizado para pagarlo, era un día sábado al medio día, desde el día viernes yo había planificado lo que haría al hacer efectivo ese pago, tenia entre ello estimado el pago de planilla y de un proveedor, al cual el día lunes nuevamente le pediría material para trabajar, así que cuando me dijeron que no me pagarían el cheque todo se me vino abajo, ahí en ese momento, algo afanada,  le dije -Padre, no entiendo, no entiendo, no entiendo, ayúdame porque no lo entiendo- Me comuniqué con el proveedor y con mi equipo y les di la noticia, no habría pago sino hasta el lunes, para mi sorpresa, la respuesta de ambos fue -No se preocupe, el lunes será otro día- cuando recibí esas respuestas supe que era Dios diciéndome que me calmara, que ya llegaría el lunes y resolvería, tuve paz. 
En conclusión, no podemos controlar absolutamente nada más que nuestra actitud, o nos hundimos en medio del afán y los problemas o vamos y le entregamos ese afán y las cargas a Él, a cambio recibiremos primero su paz y luego vendrán las respuestas. 

sábado, 11 de agosto de 2018

Mejores Amigos

Recuerdo que mi primer amiga se llamaba Luci, teníamos al rededor de 4 años, eramos amigas del colegio estábamos en prekinder cuando nos conocimos, jugábamos juntas, comíamos juntas, incluso mis papás me llevaban a jugar a casa de ella por las tardes, fue mi amiga durante los tres años de la pre primaria y aunque el único recuerdo que tengo de ella es una cicatriz que me dejó en el rostro (causa de un accidente durante el recreo) ella fue "mi primer amiga" la recordé al notar que la primer amistad en la historia de la humanidad fue la de Dios con Abraham, en Génesis 18:1-8 podemos ver como Abraham al ver que el Señor se acercaba corrió a recibirlo, ¡Salió corriendo! Sí, corrió y rápidamente le ofreció atenderlo, tan natural como cuando recibimos visitas en casa, dice el verso 5 que la intención de Abraham era alegrar el corazón del Señor y así fue, más adelante en el verso 8 vemos como ellos comieron y pasaron el tiempo debajo de un árbol. Como cuando nos reunimos a tomar un cafecito con nuestros amigos, así tan natural.
En ese momento, Abraham no dispuso atender a su amigo, él sabia que atendería a su Señor pues postró delante de Él y dijo -si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo-
Sin embargo, Dios vio en Abraham a un amigo, Abraham confiaba en Dios, creía lo que Dios le prometia, le seguía y seguramente esa tarde que pasaron juntos debajo de ese árbol Abraham le platicó acerca de todos sus anhelos, tanto que ahí mismo le prometió el nacimiento de Isaac. 
Dios se sentía orgulloso de Abraham y seguramente se sintió complacido pues en Isaias 41:8 dice "Pero tu, Israel, siervo mio eres; Jacob,  a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo
En aquel tiempo, Dios descendía a la tierra, se paseaba por la tierra y dijo, Abraham me agrada, él es mi amigo, ¡Mi amigo! ciertamente, Abraham era su siervo pero Dios también lo veía como su amigo pues a Él le confío las promesas para su pueblo amado, Israel. 

Con el paso de la historia, el significado de la amistad ha sido distorsionado, en nuestra juventud casi todos escuchamos frases como "la amistad no existe" "no hay amigos verdaderos" "nadie es amigo de nadie" y ante eso, yo siempre tenia la duda, ¿Qué de cierto habrá en ello? Yo si estaba dispuesta a dar amistad sincera y así lo hice creyendo que no podía ser tan malo confiarle mi amistad a alguien. 
Fuera como fuera, creo que no hay una sola persona en esta vida que no necesite tener un amigo, esa persona externa de la familia a quien podamos ser afectos.
 Probervios 17:17 nos dice "En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia" entonces, la amistad sí existe, es bíblica y nos invita a estar ahí, presentes, incondicionales. 

Los amigos, deben ser esas personas en quien confiamos y que confían en nosotros, los amigos deben ser personas que estén dispuestos ayudarnos, a echarnos una mano, a darnos un buen consejo, a pasar un rato agradable con nosotros, a ser tan cercanos que los consideremos familia. El libro de Proverbios nos da muchos consejos acerca de buenos y malos amigos, nos orienta a buscar buenos amigos, así como Dios escogió a Abraham por ser un hombre que le creía, que confiaba en Él y que sin duda quería agradarle nosotros también debemos estar atentos a elegir buenos amigos y sobre todo a ser esa clase de amigos que estén para ofrecer ayuda, para dar una palabra de aliento, para brindar una mano, para escuchar solamente, para tomar la carga del otro y llevarla en oración. 
Aun que hay amigos que a veces nos fallan, que fue mi caso, una amiga de años se equivocó y me falló, debemos primero perdonar y entender que todos fallamos y lo más importante, no dejar de creer en la amistad. 

Si bien, Abraham fue un gran hombre tanto que Dios lo llamó amigo, nosotros también lo somos, ¡Jesús nos hizo sus amigos! Sí, en San Juan 15:12-15 nos habla acerca de cómo Él nos amó tanto que dio su vida por nosotros, Él nos salvó de muchas, como nosotros probablemente hemos salvado a nuestros amigos de algun "clavito" Jesús nos salvó en la cruz de la muerte  y ahí en ese mismo pasaje nos dice que nos hizo parte de la familia Celestial, todo lo que oyó del Padre nos lo confió a nosotros, así como cuando le decimos a nuestros amigos de alguna actividad familiar, como cuando le contamos la historia de nuestra familia y los planes que tenemos como familia, así Jesús quiso amarnos, llamarnos amigos, hacernos hijos de Su Padre y pagó el precio, sin duda, Jesús es el Mejor de los mejores amigos. Tengo ahora la plena certeza de que la amistad existe y que sin duda es para bendecirnos.
Ser amigo de Jesús es lo que todos deberíamos anhelar, debemos buscar ser ese amigo que es Jesús:

Jesús es el único amigo que nunca nos va a fallar aunque nosotros le fallemos a él...
Jesús es el único amigo que nos las perdona todas, no importa, lo que sea...
Jesús es el único amigo al que le podemos contar todo, el no dirá nada a nadie más que al Padre y lo hará para interceder por nosotros...
Jesús buscó ser nuestro mejor amigo, nosotros también debemos buscar ser su mejor amigo...
Jesús es nuestro mejor amigo y debemos buscar que también lo sea de nuestros amigos, presentemoslos... 

Jesús nos defendió en la cruz, nosotros debemos defender ese sacrificio, amemolo...