viernes, 13 de noviembre de 2020

Amor de mis Amores


Mucho se sabe de sus propiedades y beneficios y, aunque para más de uno resulte perjudicial a la salud en mi experiencia es un aliado incondicional, mi motivador personal, es la cita diaria, mi psicologo, mi consejero, es ese amigo que sabe escuchar mis más profundos silencios, es como un cálido beso, es una caricia al paladar. 

Mi café...es la compañía perfecta en los momentos de soledad, es un abrazo servido en una taza, su aroma me conquista, y no hay nada que me resulte más dulce que una taza de café amargo. 

Amo el minuto en que doy el primer sorbo de café por la mañana, es como darle los buenos días a las ideas, me inspira. Por las noches es el arrullo que necesita el corazón para dormir y soñar en grande. 

Frente al mar, a la orilla del lago, a la luz de la luna...Cualquier lugar luce más hermoso cuando llevo un café en la mano. 
Para serias conversaciones y amenas tertulias un café es la mejor selección.

A mal tiempo, un buen café. 
Testigo de lágrimas y tristezas un café es el más leal de los parientes.

De mis temores, el mayor es que algún día el médico me diga que ya no puedo beber café.  
 
Tengo una estrecha relación con mi taza rosa, es de tamaño mediano y nadie la puede tocar a menos que yo lo permita, tal celo se debe a que en ella cabe la medida exacta que necesito del café matutino. 

Quien me conoce, sabe como me gusta el café, fuerte y caliente. 
Quien me ama, me prepara el café como me gusta, con poca azúcar, casi nada. 
A quien amo, siempre le ofrezco un café. 

Y que falte todo en esta casa, menos el café.
Sin importar la hora habrá siempre una taza de café para quien guste o lo necesite. 
Un café no se le niega a nadie. 

En este pueblo brindamos con café y por todas esas bellas experiencias y memorias infinitas frente a una taza de un buen café, ¡Salud!